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Esquina Sarmiento y Mitre

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Una historia en cada esquina

"María Juana tiene historias
Ocultas en cada esquina…
Si descorremos el velo,
hará luz en las memorias…"

Cada aldea, cada pueblo, cada gran ciudad, tienen historias enraizadas para siempre en sus esquinas, pujando por salir a la luz, llamando desde lo más recóndito a los viejos recuerdos.

María Juana tiene esquinas que encierran historias. Desde tiempos remotos están allí, asomando suarista o haciendo su ochava, invitándonos a descubrir ese mundo que ocultan.

Calles SARMIENTO Y MITRE… en el extremo sur oeste de la Plaza San Martín… allí, si, justo allí donde estás pensando, asoma la esquina de la cual hoy descorreremos el velo para conocer su historia.

Ahora se ve semiderruida, sin techo, hecha jirones por el paso del tiempo y del abandono, pero… en otras épocas tuvo vida, mucha vida, y habrá sido testigo, seguramente, de buena parte de lo ocurrido en éste, “nuestro lugar en el mundo”, que es María Juana.

No esperen leer precisión de fechas, días, años, pues solo daré datos que algunas memorias privilegiadas me dictaron.

Aunque esto es verdad, haré como en los cuentos, y comenzaré diciendo…

“…Hace muchos años…” funcionó allí la PRIMERA FARMACIA que tuvo María Juana. Se llamaba “FARMACIA DEL PUEBLO” y era atendida por un señor de apellido RUGGERI, que, como ocurría en esos tiempos, habrá tenido el título de IDÓNEO EN FARMACIA.

Luego el sitio fue ocupado por TIENDAS BEMBASAT. No sé si se escribía exactamente así o llevaba doble S. era el apellido del dueño del comercio, de origen árabe, mal llamados por todos nosotros, “turcos”. Él y su esposa, atendían a los clientes y ofrecían, además de telas, artículos de mercería. ¡Cuántas damas del pueblo y de la Colonia habrán tenido la oportunidad de elegir allí las telas y accesorios de sus vestidos!

Luego, otra tienda ocupó la esquina. Fue la de Don ISAAC BASQUÍN, también del mismo origen que el anterior, y, según me dicen algunos, era sobrino de Don Bembasat. Me cuentan que este señor, de baja estatura, en los ratos libres que le dejaban los clientes, solía tocar el piano allí mismo, en la trastienda del local de su negocio…

Más adelante en el tiempo, abrió sus puertas en esa esquina el ALMACÉN DE CARLOS BERTONE, LUIS CAMPANERO Y HUGO LORA (padre). Sus dueaños atendían personalmente a su distinguida clientela. El lugar es privilegiado para cualquier comercio y, en este caso, debe haber sido concurridísimo, pueslos productos que se venden en almacenes exigen casi una asistencia diaria de los clientes. Las amas de casa que se encargan de esos quehaceres, lo saben muy bien…

Finalmente, ocupó el edificio de la esquina, CASA MAITE, con su venta de artículos para el hogar. El comercio estaba a cargo de Hugo Mandirola, de Santa Clara de Buena Vista y esposo de Silvia Bertone, oriunda de nuestro pueblo. Después… Ya todo fue abandono… Y allí está, casi desapareciendo, tratando de mantener en pie algunas de sus paredes… La puerta de entrada aún resiste como si soñara que alguien, en el momento menos pensado, va a traspasar su umbral…

Por su rica historia, esa esquina de María Juana merece estas líneas, que fueron elaboradas gracias a la memoria oral de algunos de sus habitantes…

Hasta un nuevo encuentro en cualquier esquina de nuestro pueblo…

                                             
 
                                                        Lolita D. de Beltramo – Junio 2016